Cuánto cuesta un pasaje de avión? La pregunta simple esconde una compleja respuesta. Existen ciertas variables, generalmente conocidas por los compradores habituales de vuelos, que repercuten predeciblemente sobre el costo.
Por ejemplo, el ticket es más barato si se adquiere con seis meses de antelación en vez de dos horas antes del despegue. El destino elegido, las fechas de viaje y los tipos de servicio (turista, business, etc.) son algunos de los parámetros que van moldeando el precio final.
Sin embargo, el desarrollo del comercio electrónico introdujo aspectos más sofisticados en los procesos de venta de boletos aéreos. Tal es el caso de las famosas cookies. Estos pequeños fragmentos de texto que se almacenan en el navegador del computador o del smartphone del usuario de Internet en base a su historial de búsquedas y preferencias. Los sitios web pueden acceder a las “huellas digitales” que el internauta deja en su camino. Así es como las aerolíneas y las plataformas de oferta de pasajes conocen los intereses del potencial cliente online.
Las cookies delatoras proporcionan ese tipo de información y los precios varían en función de la demanda.
Un estudio experimental, realizado recientemente por la BBC, evaluó en qué medida las cookies son utilizadas para subir el precio de los pasajes.
El trabajo comparativo entre Booking, Opodo y Expedia, los sitios de reservas de viajes más populares en el mundo, arrojó resultados dispares. La investigación incluyó un computador en el que se limpiaron las cookies y otro en el que no.
La nota concluyó que en Expedia, cuatro de siete resultados en el computador con cookies eran más caros. En Opodo, cinco de siete. Pero a veces hubo precios más bajos en el computador con cookies, así que no hubo una ley exacta.
Frente a esta disparidad, la conciencia digital es una herramienta fundamental para que el usuario empodere su práctica de compra. Carlos Castañeda, especialista en ciberseguridad de Unisys, aconseja la navegación en modo incógnito para evitar el “seguimiento” de las cookies a la hora de buscar. Y agrega otra sugerencia: “A veces compro los pasajes desde el punto de destino, ya que suelen ser más baratos que en el punto de partida. Si el usuario viaja muy seguido a un lugar, se trata de una buena opción”.
Castañeda insiste en la necesidad de “avanzar en una regulación por parte de las agencias de protección al consumidor. En Europa, la ley de datos GPDR es muy estricta y los usuarios conocen sus derechos, lo cual se ve muy claro cuando hay reclamos por la sobreventa de vuelos. En Latinoamérica falta mucho trabajo de concientización sobre los derechos del usuario. Vamos desnudos por internet, falta aprendizaje y conocimiento”.
En ese contexto, las cookies sirven para personalizar la oferta. “Nuestra política es transparente y con muchas alternativas para el pasajero. En Latam lanzamos periódicamente tarifas diferenciadas que permiten al cliente elegir y pagar según sus necesidades y preferencias”, sostienen desde la empresa.
En esa línea coincide Diego Reimundes, quien trabajó durante cuatro años en áreas de planificación y control de gestión de Latam y Avianca. “Las compañías suelen tener equipos de trabajo de revenue management que se dedican a entrecruzar diariamente los datos de oferta, demanda y reservas con el objetivo de maximizar los ingresos en cada vuelo. Las cookies permiten detectar la demanda insatisfecha y los intereses del pasajero en Internet, pero yo no podría asegurar que se utilizan en perjuicio de su bolsillo. Incluso, son útiles para ofrecer pasajes más baratos y a medida”.